El día 14 de octubre nos vamos a Villanueva de la Tercia, este valle es mágico, en cada rincón que nos metamos encontramos la magia. Nos dirigimos a Peña de los Bueyes que ya tenemos ganas de pisar caliza.
De camino a nuestra cima del día miramos hacia atrás, esta vista preciosa del pueblo de Villanueva de la Tercia nos hace agradecer continuamente por la tierra tan preciosa que tenemos.
Qué bienestar nos produce este contacto con la naturaleza, es sanadora cien por cien. Subo feliz, necesito darme zurra física para descansar emocionalmente.
Mi Manuel, mi montañero preferido...aunque a veces es muy cabezón eh jajajaja.
A medida que ascendemos mejor nos sentimos, aquí en las cordales rocosas se siente la montaña en todo su esplendor, salvaje, silenciosa, acogedora...cómo te adoramos montaña.
Manuel este día se resarció bien, pisó mucha roca, todas las rocas en todas sus formas. Y yo llegué hasta el final pero un poquito más abajo de la cumbre.
Quiero asomarme a este balcón y a balcones como éste cada día, toda mi vida, y que desde el otro mundo cuando me toque me permitan asomarme también.
Mi Manuel y yo, yo y mi Manuel. Las cimas rocosas de Peña el Águila, Peña la Hora y Peña los Bueyes no nos da tregua de disfrute, paso a paso esto es una maravilla.
A la bajada seguimos disfrutando aunque para ser sincera menos que a la subida, primero porque me da mucha pena bajar y segundo porque mis piernas se esfuerzan mucho más en la bajada que en la subida...pero aún así, sí...seguimos disfrutando.
Las rocas tienen mil formas, tienen mucha vida.
El día 14 hizo un día precioso y las vaquitas estaban plácidamente al sol...nos miraron y siguieron a lo suyo, así tranquilas.
Qué valle precioso, el otoño comenzaba a colorear todo.
Panorámicas preciosas.
Terminamos nuestra jornada en Aralla, comiendo en la terraza, con un calor de pleno verano, éste sería el último día de calor y sin lluvia, a partir de ahí comenzó a llover y así seguimos a día de hoy, 10 de noviembre.
"Como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbado ante la calumnia y el halago".
2 comentarios:
Esta zona es muy escarpada y no hay ningún árbol,excepto ese arbusto de laprimera foto. Es muy curiosa la posición que adoptó esa res para llevar sol. Se infiere que el frío está haciendo de las suyas
Sara lo mejor de subir a una montaña es disfrutar el paisaje que tenemos no solo en nuestro rededor también a nuestros pies.
Lo peor como nos dices es bajar que aunque muchos crean que el esfuerzo en menor están equivocados.
Creo que una de las vacucas no os hizo mucho caso.
Con esa comida casi os darían ganas de volver a subir.
Saludos.
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