Comenzamos a patear la provincia de Ávila, más concretamente el maravilloso Valle de Iruelas...
...en la mañana nos adentramos en un entorno precioso donde los arroyuelos van cargados de aguas cantarinas y limpias, muy limpias, y los árboles lloran lágrimas de resina...estamos en el entorno de "Las Cruceras"
Y después de adentrarnos en espacios de naturaleza que nos dejaron sorprendidos gratamente, a la hora de comer nos fuimos al Castañar del tiemblo...¡Qué lugar!
Llegamos y nos recibe un grandioso árbol, un ejemplar de cuento...nada más comenzar la ruta ya entiendo porque este es un lugar mágico...ya siento muchas emociones que me acompañarán en todo el recorrido.
El sol comienza a jugar entre los árboles
Y de repente llegamos al Castaño abuelo...yo sentí toda la fuerza que tiene este bosque con su abrazo.
...Un árbol que ha sufrido mucho y ahí sigue; 100 años de vida y de relación con los hombres...
...tuvo una gran herida y tras ésta se aferró a la vida, y ahora cada año le protegen sus vástagos y da unas riquísimas castañas.
Es hermoso y compartió conmigo un momentodecisivo intenso.
Me lo paso bomba con esta alfombra de hojas, que sensación más extraordinaria, por algunos sitios nos llegan hasta la rodilla...no quisiera irme de aquí.
Y después de dejar al "Castaño Abuelo" seguimos encontrándonos maravillosos ejemplares...me abrazo a todos y cada uno de ellos, que necesito y mucho su buena energía.
Cae la tarde y por ganas me quedaría aquí, pero vamos abandonando este entorno donde bien seguro es que ha quedado algo de mi ó que algo de aquel lugar ha venido conmigo.
Tanto apuramos que nos pilló la noche, y en esa paz, en ese sosiego del anochecer en el bosque, pensé que cada vez me importan menos cosas, pero las que me importan cada vez me importan más(como dijo el gran Bucay).
"Hay momentos en la vida que la barrera es tan grande que es mejor evitarla para no hacernos daño"
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