Y VOLVIMOS A FONTAÑÁN

 Ya perdí la cuenta de cuantas veces hemos subido El Fontañán...esta cima disfrutona que tenemos al ladito mismo de casa, tanto que al subir la persiana de mi ventana es lo primero que veo.

 En un paraje de extraordinaria belleza y riqueza natural... La Cascada de Olleros baja repleta de agua fresquita y limpia.

 Es un día muy soleado pero frío...y nosotros vamos con muchas ganas de alcanzar la cima y disfrutar de las vistas y la compañía...y por supuesto de nuestros bocatas. Entramos en las hoces...y al salir una mirada atrás...el sendero.

 Y aquí comenzamos el plano inclinado...repleto de nieve...hace frio pero quitamos cazadoras porque con el esfuerzo nos sobrará...sólo por un ratito.

 

 Y al llegar a la planicie las vistas son extraordiarias...cada vez que hacemos esta cima ¡cómo me gusta pararme aquí un ratito y contemplar!

 Otra fotita de grupo en el segundo mirador...hace mucho frio y sopla el aire.

 En el camino nos encontramos a este ciempiés ¿irá también a Fontañán?

 Que vistas...qué maravilla...y la primavera nos regala las primeras flores después de las últimas nevadas.

 Y llegamos a la cumbre, hay que agarrarse que nos lleva...el viento azota fuerte y gélido...¡éste Norte nuestro!.

 Manuel y Malú en la cueva

 Y aquí un momentodecisivo delicioso...la comidita en la montaña, en este balcón donde todo sabe a gloria bendita.

Aquí momentos de la bajada...fue la primera vez de todas las muchas veces que hemos subido a Fontañán, que emprendemos la bajada por este lugar...yo no las tenía todas conmigo, pero confié en Luis y Manuel y resultó una bajada preciosa...para repetir.

 Y llegados a casita...nos asomamos a la ventana y lo vemos...allí donde siempre ha estado...observando y esperando que volvamos a subirlo una vez y otra vez más.

"Por esos momentos en que tenemos la libertad de ser nosotros mismos y nada se puede poner en nuestro camino".