El día 27 de octubre amenaza lluvia, pero después quedó un día de ruta precioso, el bosque a la Cascada de Aguas Blancas está divino, seguimos en mi territorio gordonés que es puro oro molido.
Cada vez que hacemos esta ruta salgo totalmente reconfortada, una de mis favoritas de casa, adentrarte en este bosque donde vive el oso pardo, y demás fauna de este territorio sagrado , es una experiencia que se la recomiendo a todo el mundo, y es que nuestros bosques no tan conocidos nada tienen que envidiar a los más conocidos del territorio nacional.
Esto es TOP 100.
Esta haya es muy querida por mi y cada vez que venimos por esta zona, la abrazo, la beso, la agradezco, me empapo de su energía y la venero. Lo que dice el cartel, pues eso, porque este bosque está lleno de seres mágicos, ellos habitan aquí, así que respeto total, siempre. Por el camino a la cascada puedes tardar mil siglos, sobre todo si vas plenamente consciente como es el caso de hoy, en esta ruta también aprovechamos para darnos un buen baño de bosque, plenamente conscientes con los cinco sentidos y hasta el sexto, que a mi esa atención del tercer ojo es la que más me reconforta, SENTIR, CONFIAR...ver todo esto, olfatear sus aromas, degustar muchas moras que aún están riquísimas, escuchar el murmullo del agua y el sonido del viento y tocar cada tronco, cada hoja, cada detalle que me resuena...no quiero salir de aquí.Me puse tibia a moras...aún están súper dulces, qué ricas.
Este noble perro estuvo un rato posando para Manuel y bañándose en estas aguas fresquitas de Aguas Blancas, qué bonito y buenín era. Él ya volvía con sus dueños del paseo. Y a punto estuvo de volver con nosotros jajajaja.
Dentro del bosque había mucha humedad, los olores eran maravillosos, olía a madera, a setas, a hojas húmedas, a agua fresca...y esto nos llamó la atención, por golosos quedaron presos en la seta. Detalles que nos llaman la atención.Y aquí justo en medio del camino, vive otra haya a la que tengo muchísimo cariño, esta parte del camino es una de las más bonitas, al sendero estrechito le cubren muchos árboles, sus hojas de colores le da un aspecto de puro cuento y yo quiero quedarme por tiempo en este cuento. Y la abrazo, y hablo con ella, y la ruego y la agradezco...y la venero también.
Y Manuel y yo en una de las partes del camino que más nos gustan, en la parte de abajo de la cascada, donde ya se la empieza a ver y escuchar. Este día viene cantarina, muy cantarina , los colores del bosque nos invitan a un auténtico baño de bosque, de cromoterapia.
¡Diossssssss qué preciosidad!
Ya en plena subida del bosque que nos conduce hasta la Cascada de Aguas Blancas, hasta su nacimiento y por aquí también podríamos subir a nuestro maravilloso Fontañán. Este día fue especial, muy especial el rato de mi estancia meditando en la cascada. Manuel fotografiando, contemplando y yo plenamente consciente en mi interior.
Un paisaje de cuento, un paisaje gordonés, un paisaje de mi tierra.
Volvimos a comer en el Camping Bosque de Gordón, qué rico todo, qué riquísimo.
"Los bosques bajan nuestra presión arterial, los latidos de nuestro corazón y el estrés".
Los japoneses son los inventores del término karoshi, que significa muerte por exceso de trabajo, y también del que designa a su codiciado antídoto: el shinrin-yoku o baño de bosque.