19 de marzo de 2020

ACANTILADOS DE BORIZU Y TROENZO, LLANES

 Aquella tarde-noche del 23 de febrero, (en este magnífico lugar en el que hoy, más que nunca, quisiera estar) y aún escuchando las primeras noticias  del Coronavirus y siendo muy miedosa, me preocupe de una forma extraña y fuerte(quizás algo en mi interior me avisaba de que esto era muy grave, mucho más de lo que nadie tristemente vio) pero ni en mis peores pesadillas imaginé esto. 
Está siendo un horror...un verdadero horror, una guerra biológica que nos pilló atontados en gilipolleces varias.

 Hoy ver estas imágenes, anclarme en estos recuerdos, me da vida...ojalá la fuerza del mar pudiese llegar a nuestros investigadores e investigadoras y de un soplo tuviesen la solución rápida a esta pandemia, a este puto virus que el ser humano ha lanzado al mundo.

 Cuando esto pase...lo único que sé es que el mundo, me refiero a la gran mayoría de buenos seres humanos, habremos cambiado mucho el chip de la vida (muchos ya vivíamos tranquilos y en total sintonía con la naturaleza, no pedíamos más). Espero que en la construcción de este nuevo país, de este nueva sociedad, de este nuevo mundo no quede nadie olvidado, no dejemos a nadie tirado...ya bastantes muertos van y los que vendrán...
¡¡dicen que lo peor está por llegar!!.
 Aquella tarde -noche del 23 de febrero por las condiciones del temporal, no había nadie, solos Manuel y yo en aquellos bellísimos, salvajes e impresionantes acantilados de mi Llanes del alma.



 Solos Manuel, yo , el cantábrico agitado y aquel gaitero que nos amenizó aquel maravilloso espacio de tiempo al que ojalá pudiésemos volver, para así poder, tal vez, tener una segunda oportunidad los responsables del mundo,de haber hecho las cosas un poquito mejor.
Adoro a los míos, a mi familia, a mis amig@s, sólo pido que podamos volver pronto a sacar a este puto Coronavirus de nuestras vidas y poder abrazar a mi hija, a mi nietecito de 16 meses (cuando te contemos esto nuestro espachurrín,cuánto nos queda por enseñarte y disfrutar a tu lado) a mis padres, hermana , sobrino, cuñado, yerno, amigos, vecinos, a mis alumn@s,a mis árboles, ir a mis montañas amadas, a mi Cantábrico añorado. 
TODO SALDRÁ BIEN si tod@s lo hacemos bien.

"Al principio de las catástrofes , y cuando han terminado, se hace siempre algo de retórica. En el primer caso, aún no se ha perdido la costumbre; en el segundo, se ha recuperado. Es en el mismo momento de la desgracia cuando uno se acostumbra a la verdad" Camus




3 comentarios:

Ginebra dijo...

Tú lo has dicho: guerra biológica, claramente.
Estamos todos igual: asustados, asqueados de estar confinados en casa sin salir al monte, al mar, a la naturaleza... me ha pillado en Cáceres y no puedo ir a mi valle... esto es una pesadilla, amiga y puede ser peor.
Besos y ánimo. No estamos solos ni solas, nos tenemos unos a otros... pero cuando esto pase, que pasará, ya verás como volvemos a ser los mismos inconscientes de siempre... al final no cambia nada... y eso sí es una catástrofe.
Besos

CARLOS dijo...

Me gusta mucho la frase que has pues de Camus y como no, todo lo que me recuerda tu reportaje, ayer mismo al asomarme a la ventana para aplaudir hasta que mis manos no puedan más a todos los profesionales que se están dejando lo mejor de ellos por nosotros, olía la mar, no esta lejos y en algunos momentos siento como llega ese olor, ese olor que tu echas de menos y que recuerdas y que estoy seguro volveremos a disfrutar; hay una frase de Jorge Bucay que me gusta mucho dice: "una crisis no es una catástrofe, es un momento para tomar decisiones"; tomaremos decisiones, personales, en un ámbito mucho más grande en nuestras vidas. Pero se, porque la historia nos lo demuestra,que no seremos todos, solamente unos pocos. La naturaleza sabia y regeneradora tendrá todos estos días de paz, curiosamente nuestra ausencia será la paz de los bosques, de los animales que en ellos viven, de las flores, de la primavera. No quiero extenderme mucho más, si como tantas veces estuviésemos caminando juntos por un sendero, una montaña o un bosque hablaríamos horas y horas y eso haremos hablaremos, caminaremos y volveremos a oler a la mar. Cuidaros mucho, un enorme abrazo extensivo para todos los que amas.

Teresa dijo...

Un abrazo Sara y esperando que sea así como tu dices. La catedral de León, la he visto por fuera, no pude entrar estaba cerrada ¡ si que es preciosa ! ya hice varias entradas de ella. Cuidaros.