Nuestro chiquitín la gozó en Atapuerca, creímos que no le iba a gustar , pero tanto el museo como las excavaciones las gozó de lo lindo, se metió en el papel como si de un gran antropólogo se tratase.
Todo le interesaba, todo le explicaba mami...bendita infancia y que maravilla poder disfrutar así de él y con él.
A día de hoy aún nos cuenta un montón de cosas, que yo de unas me acuerdo de otras no, él de todo lo que allí vio y allí escuchó, qué atento estuvo a todo.
Y por supuesto hicimos muchas investigaciones de tiempos pasados, todos juntos , en familia jajaja, la familia sapiens sapiens.
El más aplicado nuestro chiquitín que se sabía perfectamente todos los cráneos después de escuchar a nuestra historiadora.
Y el día que fuimos al Paleolítico Vivo fue otra experiencia preciosa para recordar siempre juntos, nos tocaron dos guías excepcionales en nuestro safari, en nuestra caravana, simpáticos, amables y a los que hicimos muchas preguntas.
Tanto nuestro chiquitín como su mami serían grandes cazadores paleolíticos, menuda puntería y menudo bien que disparan con arco, alucinada quedé.
Auténticos guerreros paleolíticos, preparados para el combate o la caza más dura, guerreros.
Caballo de Przewalski, y el caballo tarpán.
Los imponentes Uros, que de pequeñitos también son igual que peluches, pero cuando crecen Dios mío que imponentes son.
Bisonte Europeo.
Judith e Illán se atrevieron a tocarlo, estaba bien tranquilito.
Y terminamos en el Neolítico vivo...qué bien lo pasamos, de nuevo Burgos nos hizo disfrutar a tope. Repetiremos, aquí fuimos muy felices.
Lo peor de todo este viaje precioso fue la comida de este día, en el Restaurante Rutas Verdes en Ibeas de Juarros, ¡¡porque no miraríamos antes los comentarios que de este lugar hacen!!, no me fui sin pagar por tener más decencia que ellos, el día anterior habíamos estado en Los Claveles y ahí sí, FENOMENAL, si vais a Ibeas por favor no comer en el Restaurante Rutas verdes, leed antes los comentarios y se quedan cortos, el peor sitio de nuestras experiencias, y mira que llevamos experiencias, no sé como se atreven a estar abiertos.
Después de Altamira, ¿todo es decadencia?