Empezamos la temporada 14-15 en contacto con nuestras queridas montañas... el 21 de septiembre con un día caluroso en exceso, decidimos subir Peña Valdorria, todos la tenemos en mente...pero para Luis es un reto especial.
La subida es preciosa, pero llega el momento del pedrero...como les tendré tanta manía...pero llevo buen día y lo subo como una campeona (como siempre, lo peor será bajar)
Y cada vez es más pindia la subida, pero el entorno es una auténtica joya.
El sol nos acompaña en la subida ofreciéndonos su calor y su brillo.
Y vamos cogiendo altura y las vistas son...buafffff ¡qué maravilla!
Con la preciosa Peña Galicia detrás mio...que estupenda sensación sentimos aquí arribota. 
Y las nubes nos regalan escenas muy bonitas...parecen descansar en las laderas de nuestras montañas.
Y ya no nos queda apenas nada, estamos en su base...una grieta pindia y tocamos cumbre...pero paramos aquí a contemplar como las espigas tocan muchas cimas...cimas grandiosas, pues las vistas desde Peña Valdorria son impresionantes.
Toda la cima está llena de mariquitas... salpican de rojo el azul del cielo y el gris de la caliza.
¡Vamos!, la última grieta pindia para llegar a la cima,
Lo cierto es que son verticales estos 1.926 metros...y van llegando más montañeros.
Hacemos cima, cada uno a su manera...cada uno en su huequecito de esta impresionante montaña...dan igual 1.926 metros...toda la subida es un disfrute total.
Y decidimos comer en el pueblo de Valdorria, pues pica mucho el sol y todo parece ser que llega tormenta...la bajada nos permite seguir soltando adrenalina...¡qué bajadita!...tensión total en las piernas por el pedrero.
Y escenas sencillas pero inmensas en medio de aquella caliza, allá en lo alto.
Dejamos aquellos cortados que divisan la quietud de los pueblecitos a los que protegen estas grandes moles.
Y llegamos al pedrero...¡lo conseguiiiiií!...caerme dos culazos y encima disfrutarlos jajaja,ya le voy cogiendo confianza a estas bajaditas...estos compis mios se mondan de risa... pero yo vaya ganas que tengo de perder de vista ya este largo pedrero, y encima que hambre tengo grrrrr.
Y por fin llegamos al precioso pueblecito de Valdorria...que emoción sentarse a esta mesa con amigos, tomar unas cervecitas frescas y después del esfuerzo, comer nuestros bocatas y además queso y membrillo que nos hizo Marga, ummmmm qué placer.
"Si tú
estás en contacto con lo que eres de verdad, estás en paz”.
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