27 de noviembre de 2018

FURACÓN DE LA CARBONA.NO ES MIEDO ¡¡ES VÉRTIGO!!. MONTAÑA DE LEÓN.



Después de la preciosa pateada que nos dimos ayer hasta la cima del Cueto San Mateo en Pola de Gordón y el cocido gordonés rico que nos metimos para el cuerpo...el Domingo 25 de noviembre toca una ruta más suave y comida en Pendilla para cerrar este fin de semana precioso que hemos pasado en compañía de nuestros amigos...se nos fue de las manos jajajaja...¡¡suave, si, si, suave!! Nos vamos a La Tercia y Arbas.
Aquí descansa el cuélebre, tal cual me parece...estas montañas de La Tercia y Arbas son agrestes a tope. 


Parecía fácil el Furacón de La Carbona, pindio, pindio y con neveros, la hierba estaba que o clavo bastón o me deslizo hasta abajo del todo y tengo vértigoooooo.


Puffff comienza el baile y mis tres compis siempre sacando lo mejor de mi, que sí llegas Sara, que con las ganas que tenías a este furaco, que venga que ya está ahí, qué tú puedes....pero bueno...que yo no soy una rebeca que soy humana y tengo que caminar en vertical y cada vez se pone más pindio...los tres me ayudaron...al final del todo, en el trozo inclinado ya me abrazo a Manuel por completo y tira de mi hasta arriba...sólo tengo ganas de tirarme al suelo, ¡¡entre lo pindio y lo que se resbala!!

 Pero ya llegué, ya estoy aquí...otra vez prueba superada gracias a su confianza en mis posibilidades...a mi vértigo lo doman ellos, ¡¡los tres!!...qué gran equipo...otra vez ruta conseguida.



Estoy feliz...aunque debajo del furaco no puedo hacer muchos aspavientos con la mirada porque el vértigo aquí se nota mucho, se hace muy evidente, es que me cachis que pindiura... qué paredes tiene La Carbona, impresionan y mucho.



 Creo que en esta imagen de arriba se percibe un poquito de lo pindio que es...se salva un desnivel muy muy importante, tiene el 60% de plano inclinado, ¡¡regalito para mi vértigo!!Manuel tirado en el suelo fotografiando el Furacón de todas las maneras posibles.
Y en ésta también se percibe...ahí al fondo, fondo tenemos Busdongo...qué pequeñito se ve y qué bonito ¡¡la verdad!! esta ruta, este esfuerzo jamás se me olvidará.
Y por aquí mirad que bonitas La Carbona y La Calva, un cordal divino, por aquí si se puede...aunque si llego desde aquí y me encuentro con el Furacón de bajada no bajo por ahí ni por todo el oro del mundo, vamos eso lo tango más claro
Una vez pasado El Furacón ya pisamos terreno más plano y lo que nos espera es puro disfrute para nuestros sentidos...ya no me tiemblan las piernas de la tensión ni tengo borracha la cabeza  del vértigo, ya voy totalmente consciente de toda la grandiosidad que nos rodea.


Otra vista atrás desde este rincón mágico hacia la cordal de La Carbona y La Calva.
Caminamos y caminamos por lugares preciosos y Sole me dice, uffff Sara verás cuando llegues aquí ¡¡qué vistas!!
¡¡ALUCINANTE!!


Y alcanzamos el Alto el Coito ( qué nombrecito, este no se olvida y punto) y la Barruda 

Y abrazo y beso a mi Sole porque no me dejaron darme la vuelta...porque ella siempre apuesta por mi y saca mis fuerzas de donde las tengo...por supuesto también Manuel y Carlos, pero este día le toco a mi gran amiga Sole...¡¡cosas de mujeres!!


Manuel gozándola y bien gozada, y sacándome de quicio un poquito jajajaja...no quedó altitud a la que no se subieran nuestros dos montañeros, grandes montañeros y mejores personas aún.

 

Y bajamos atajando por el valle, otra bajada de lo más prestosa y disfrutona...vienen nubes, se avecina esa lluvia intensa que anunciaban...a nosotros nos respetó el tiempo, no empezó a llover hasta después de comer.




En Pendilla alrededor de esta mesa, en el Castellum-bar Pendilla, despedimos el maravilloso fin de semana...y es que siempre que nos juntamos las risas, la aventura, las charlas están aseguradas...pura vida, puro compartir momentos decisivos de verdad.


La vida es una aventura, no es un viaje organizado.

3 comentarios:

Teresa dijo...

Que miedo Sara, pero mereció la pena. Un abrazo.

Ginebra dijo...

Un sitio precioso, menudos picachos. Ciertamente con la confianza de los que nos quieren una gana en posibilidades, la autoestima se eleva como esas montañas.
Muy buen final de ruta, y de post con esa reflexión tan sabia.
Besos

Jose Manuel dijo...

Una ruta preciosa que pasa a engodar nuestra carpeta de pendientes.
Las fotos de categoría.
Un abrazo