25 de abril de 2018

POR ALEJE...TEJO BORBONEJO Y PICO MORO...NOS ENTRETUVIMOS Y NADA DE NADA.

 Día 22 de Abril, Domingo, decidimos ir al valle de Aleje que aún no hemos pateado nada por aquí y nos han dicho que la zona es divina...por nosotros mismos hemos comprobado que si, que es una maravilla...de esos valles a los que volver y volver...tanto es así...que íbamos  en busca del Tejo Borbonejo que tiene mil años y nos entretuvimos en el camino tanto que tenemos que volver a encontrarnos con él.
En la primera imagen se ve el camino por la pindia ladera que hay que coger para alcanzar el Pico Moro y el Tejo Borbonejo...Manuel lo hizo entero y llegó al otro valle, pero ya era tarde porque tenemos reservado para comer en Cistierna.
 Foto para el recuerdo con Aleje detrás nuestro.
 Al comienzo de la ruta ya hacemos buenas paradas, es que hay muchos ternerines, es tiempo de cría...¡serán bonitos!
 Nos perdemos con la hermosura de este valle...lo que nos queda por descubrir...y en el camino el agua estancada en los agujeros de la piedra del terreno conforma piscinas para ellos, los pajarines, y disfrutamos de sus baños y juegos.

 Nos detenemos en cada animalín, en cada detalle de este precioso valle, ¡¡cómo vamos a llegar a destino, si disfrutamos tanto del camino!!.

 Qué bonito es todo, voy despacio Manuel que siento mucha paz aquí y muy buena energía, además hace calorcito, se está de maravilla y da gusto estar hoy en la montaña.
 Aleje precioso
 Y Manuel directo a buscar el tejo Borbonejo, ve Manuel, ve tú...qué yo te espero aquí disfrutando de estas vistas, de nuestra montaña, de tu búsqueda jijijiji.
Lo que nos habían dicho, trocitos de camino sin apenas sendero y lleno de espinos y escobas, Manuel llegar del otro valle con la foto del tejo de lejos, (ya lo tenemos ubicado) y lleno de heridas de los espinos...menos mal que no fui.

 No subió al Moro pero trepó que la gozó...este rebeco de Manuel.

 Y detalles hermosos del camino...para volver Aleje...mil veces más.


"Del silencio surge un verdadero lenguaje"

1 comentario:

Ginebra dijo...

Un paisaje que invita al silencio, a caminar codo a codo, pero en silencio durante algunos tramos. Silencio para oír otro lenguaje y buscar vidas en las copas de los árboles, en el suelo...
Un placer
Besos
p.d. veo que Manuel ya está recuperado, me alegro