5 de septiembre de 2016

RUTA DE LAS PASARELAS DEL RIO VERO EN ALQUÉZAR...INSTANTES LLENOS DE EMOCIÓN


La Ruta de las Pasarelas permite admirar la belleza del último tramo del cañón del río Vero. Es aquí donde se da una combinación perfecta entre la roca, el agua y la huella dejada por el hombre en su afán por aprovechar la fuerza de las aguas de este río. 
Las espectaculares pasarelas, que no ofrecen peligro alguno, permiten un primer acercamiento a este singular enclave natural de Alquézar.


 Eso si, hay que llevar calzado apropiado, cómodo y seguro para caminar por algún tramo un poquito más complicado, sobre todo si está resbaloso...¡¡y aviso!! la piedra muy desgastada ( se ve que somos miles de personas las que hacemos esta ruta al año) y por algunos tramos se resbala muchísimo.
 Aquí un trocito un poquito "extraño" no tuve miedo caer porque como había tantísima vegetación que si caemos caemos en blando, pero mejor no caer, hay cadena y todo para agarrarse, pero yo prefiero agarrarme a los salientes de la propia roca.

Pronto, encontramos las primeras pasarelas de madera que bajan encajonadas entre la Peña Castibián, a la izquierda, y los Muros de la Colegiata, a la derecha. Un total de siete tramos de pasarelas facilitan el descenso hasta el Vero. Durante el recorrido es posible disfrutar de la belleza del Barranco de la Fuente, caracterizado por sus numerosos covachos y una vegetación adaptada a la humedad y frescura propia de estas gargantas.



Al llegar al lecho del Vero, merece ser visitada la Cueva de Picamartillo, situada en la margen izquierda del río, frente a la desembocadura del Barranco de la Fuente. 

El camino prosigue río abajo, a través de una espectacular pasarela metálica instalada en la pared rocosa. Más tarde encontraremos la vieja presa y, tras recorrer un nuevo tramo de pasarelas metálicas, la antigua central hidroeléctrica de Alquézar. Un agua de un profundo azul turquesa invita al baño y al descanso.




 La estrechez del barranco de la Fuente favorece la acumulación de humedad en su fondo, permitiendo que se desarrolle una densa vegetación. Esta higuera era inmensa y cargadita de higos ricos, puedo aún oler ese aroma tan rico y dulce. 
¡¡Y no faltó el abrazo a semejante ejemplar!!.

 Y Manuel también la goza observando todo...¡qué lugar! si el pueblo que alberga esta ruta, Alquézar (que significa fortaleza), nos pareció una joya...esta ruta es un auténtico diamante.





 Otro de los rincones preciosos a lo largo de todo el recorrido por esta ruta, es sin duda éste,...nos metemos en una cueva en mitad del camino...guauuuuu que bonito rincón...nos sacamos mil fotos para el recuerdo.


 Y una vez pasado este tramo...ahora comienza la alturitaaaaaa...hasta aquí genial, pasarelas bajitas por la roca, por el camino, cuevas, senderos llenos de vegetación, pero ahora empieza el baile aéreo.


 Y por algunos tramos Manuel tiene que agacharse porque con la mochila se entra a duras penas, hay que hacer maniobra.





 Por algunos tramos la pasarela va alta, no me imaginaba tanta altura, y hay un puente que se mueve, me agarro a la mochila de Manuel, y paso sin problema enfocando vista al frente, y de vez en cuando en cachitos más anchos, contemplo el bellezón del entorno...ESPECTACULAR.
 La Villa Medieval de Alquézar allá en lo alto nos contempla.


Y ya tenemos cerquita el mirador al que hay que llegar,(mirar desde aquí impresiona) para desde aquí, continuar otra ruta ó volver a Alquézar  entre antiguos olivares. 

 Y en el mirador, un italiano que le pasa como a mi, que tiene que mirar con cuidado todo el entorno porque tiene un poco de vértigo, nos hace la foto para el recuerdo. Detrás nuestro parte del recorrido de las pasarelas encajonadas en la pared y la preciosa Alquézar.
 Manuel me recuerda por donde he venido...y hasta está planeando que igual consigo la ruta del día siguiente:
 "Las Pasarelas del camino natural de Montfalcó"...
y le digo que ni me lo miente, que ni lo piense, que no la hago y no la hago...yo le acompañaré, pero le esperaré por las inmediaciones del refugio...esa ruta ya son palabras mayores, ¡conmigo que no cuente!...os la mostraré en la siguiente entrada.
"A veces, necesito sentir la emoción de la vida, y en estos parajes preciosos cada instante tiene su inefable emoción"

3 comentarios:

Teresa dijo...

A mí me daría un poquito de miedo. Es preciosa. Besos.

CARLOS dijo...

Hay que ver lo que hace el agua, bueno empiezo, cuando hicimos la ruta nos decían que no se podía pasar por una riada y pasamos y con decirte que el agua rozaba casi las pasarelas.. jajajaj, así que me parece otra ruta diferente con tan poquita agua, yo hasta la cueva fui pero tuve que pisar agua y la vi de enfrente... Alquezar fue todo un descubrimiento, no solo por el pueblo, sino por ese entorno natural que le rodea... tu reportaje impresionante y me alegra un montón que lo hayas disfrutado. Un enorme, enorme abrazo Sara.

Ginebra dijo...

La ruta preciosa, pero el tema de las pasarelas en esos precipicios no es para gente que tenga vértigo. A mí me impondría un poco, pero creo que me atrevería con ella, porque deben tener unas vistas espectaculares desde ahí arriba.
La higuera preciosa y... bueno, ya nos contarás si te dejaste arrastrar por Manuel (que es lo que yo creo) o le esperaste en las inmediaciones del refugio:)
Besos